sábado, 4 de agosto de 2007

UN LUGAR LLAMADO COCINA

Hoy leeremos acerca de una pieza de nuestros hogares, muy querido por los hombres de la casa, por que ahí se preparan los más exquisitos platos, pero impopular en muchos casos para las mujeres del hogar: La cocina.
De este lugar, surgen los mas sabrosos y suculentos preparados, que satisfacen nuestro paladar, y son la causa del crecimiento desvergonzado de nuestro abdomen y es el primer destino cuando regresamos de trabajar, estudiar o de latear simplemente, al ingresar a nuestros hogares, atraídos por los aromas que emanan de las ollas y nuestras madres o esposas nos dan una probadita, esperando el veredicto que casi siempre es aprobatorio, y acompañado de un entusiasta: Sírveme rápido…y bastante.
Hay cocinas que están bien equipadas, con lo mas moderno, lo cual hace mas fácil la tarea de preparar los alimentos, también existen las cocinas muy humildes, que funcionan a base de leña, carbón o de cualquier objeto inflamable o que arda, pero los resultados son los mismos, ricos potajes, para el deleite del gusto. Según algunos de buen diente afirman que es mas deliciosa la preparada en las segundas.
Pero este lugar no es dominio solo de las mujeres, también es de algunos hombres, me incluyo, que nos gusta el arte culinario, somos pocos, pero los hay, y lo dominamos con mucha destreza, claro que lo hacemos como un pasatiempo, un domingo o cuando estamos de buen humor y también cuando la esposa esta enojada con uno y no nos da ni agua.
Y para variar hay mujeres que abominan entrar a la cocina, son las mas modernas, las ejecutivas, las emancipadas, que opinan que su destino no son esas cuatro paredes llenas de aromas y sabores, respetable opinión, pero los extremos son casi siempre malos. Malos por que nos vemos obligados a contratar una persona para que se encargue de la preparación de nuestros alimentos, y lo hace de tal manera que comenzamos a bajar de peso, y tenemos que hacerle un hueco nuevo a la correa mientras ella sube cada día y su marido ya no necesita hacer mercado, por que le basta con el que hacemos nosotros, es decir nos perjudicamos por partida doble, sufre nuestro estomago y nuestro bolsillo. Sufre hasta nuestra mascota por que ni los huesos le quedan para el, otro de su especie los disfruta.
Pero al fin, dejando de lado todos los inconvenientes ,la recompensa es estar con la familia reunida alrededor de la mesa disfrutando del almuerzo, viendo comer a nuestros hijos y pidiendo repetición de plato a uno de ellos, compartiendo anécdotas y parlamentando sobre como nos fue a esas alturas del día.
Amigo lector gracias por leerme, y espero que disfrute de su almuerzo hoy, y si su esposa es de las modernas, cuando le pida que la lleve de vacaciones a un lugar donde ella nunca antes a visitado…llévela a conocer su cocina.

Raúl Balarezo T.

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