martes, 7 de agosto de 2007

LA BODA

Ayer fuimos invitados a una boda, era la unión de dos jóvenes ,llenos de ilusión ,amor y proyectos, fue un acaecimiento muy especial, ya que se trataba del enlace matrimonial de dos amigos de mi hijo mayor, dicho sea de paso, no pudo asistir, por encontrarse en Uruguay forjando su futuro. Una ausencia muy sentida por los novios, al menos eso es lo que me expresaron, pero ahí estábamos mi esposa y yo para personificarlo. Digo muy especial también por que al desposado lo conozco desde niño, ya que asistía al colegio con mi hijo y era un aplicado concurrente a mi casa, lugar que con el paso de los años era el punto de inicio de una reunión o el destino conclusivo de una noche de parranda, se congregaban para la tertulia y otros menesteres relacionados con el vaso y la botella.
La ceremonia religiosa fue encantadora, atractiva y emotiva al compás de violines, que le dieron un marco muy romántico, Ella, lucia resplandeciente y El, feliz con una sonrisa de oreja a oreja. Luego nos trasladamos al local donde se llevaría a acabo la recepción, un ambiente muy encantador por cierto, lleno de verdor y vegetación, adornado con una pequeña piscina, y vistosos portales. Los invitados fueron distribuidos en mesas delicadamente adornadas, por lo que muchos tuvimos que separarnos y ver con quien nos tocaría compartir la fiesta, para nuestro beneplácito, conocimos una pareja de esposos mas jóvenes que nosotros, pero por esas cosas del destino, resultaron conocer a mi hijo, es mas estuvo presente en las nupcias de ellos década atrás en el valle de San Lorenzo, armonizamos de inmediato que pasados quince minutos parecía que nos conocíamos desde hace tiempo, después del clásico danubio azul, los discursos, fotos para la posteridad, los novios tuvieron el buen gusto de ir agradeciendo mesa por mesa, motivándole una sed incontrolable al desposado, detalle que me percate cuado compartió unos momentos con nosotros en la mesa, ( la novia tuvo que venir al rescate ).
Después de muchos brindis, y jarras con el espumante líquido y reconstituyente cena, su respectivo baile, y la felicidad de haber pasado unas horas muy agradables y divertidas, decidimos la retirada, con la certeza de haber cumplido.
Amigo lector gracias por leerme, y de haberme permitido compartir un momento de gozo con ud. A los novios y a estas horas ya esposos, desearles reiteradas felicidades, LUCHO y YENNY que Dios los acompañe siempre y como en el cuento…a comer perdices.

Raúl Balarezo T.

1 comentario:

Renzzo dijo...

la verdad que lo que no sabia el esposo de tu lado, era q su esposa (tati)fue mi enamorada mucho antes.