martes, 7 de agosto de 2007

EL DIA QUE LLEGUE A VIEJO

Un día que nos tocara a todos, pero no debemos sentirnos tristes, mas bien agradecidos a Dios, a la vida, por habernos dado la dispensa de llegar a ciertos años, naturalmente unos con todas nuestras facultades, otros con las fuerzas reducidas por el esfuerzo desarrollado a lo largo de nuestra coexistencia.
Llegado esa día, tal ves ya no sea el mismo, que cuando conversemos me olvide de lo que estoy diciéndote, o que te repita historias que ya te las he contado muchas veces, por favor no me interrumpas y escúchame, como cuando eras niño y te contaba el cuento cuantas veces querías hasta que conciliaras el sueño, o cuando no pueda atarme los zapatos, recuerda que fui yo quien te enseño hacerlo.
Si estando juntos te percantas que he mojado mis pantalones, no te molestes ni me regañes, no es mi culpa, ya que no puedo controlar mis necesidades fisiológicas, recuerda que cuando eras niño cuanto tiempo pase acompañándote pacientemente, hasta que terminaras lo que hacías,
Cuando no pueda caminar solo, dame tu hombro para apoyarme, dame tu mano, como lo hice yo para que aprendieras a caminar sin que te golpearas y te hicieras daño siempre he deseado lo mejor para ti, cuanto estuvo a mi alcance te di y prepare el camino que debías seguir, por eso considera que el paso adelantado que daré, tu lo seguirás algún día. Pero siempre estaré contigo.
No debes sentir pena ,por verme así, mas bien dame tu amor, tu corazón, compréndeme y apóyame, tal cual lo hice yo cuando empezaste a vivir, te acompañe en tu camino, ahora acompáñame a terminar el mió.
No sea egoísta conmigo, no pretendas que haga lo que tú quieres, que vea el canal de TV que a ti te gusta, que coma cuando me sienta repleto, que me lleves a lugares que no deseo ir, sigue siendo mi amigo, por que la amistad es contribuir a la vida y a su cuidado.
Esperemos que cuando lleguemos a viejos, nos tengan estas consideraciones y no nos arrumen por algún rincón de la casa como algo inservible, o que nos dejen abandonados en un asilo. Por que ya no seremos útiles para ellos, nos consideraran una carga pesada, creo que esa indolencia nos mataría mas rápido, por eso a Uds. hijos, nunca renuncien a sus padres, siempre regocíjenlos a su lado, recibirán la bendición de Dios.
Amigo lector gracias por leerme, esperemos que nos consideren en nuestra longevidad y si no…será una inmolación más de nuestra parte, el último.

Raúl Balarezo T.

1 comentario:

Renzzo dijo...

Pues no te preocupes padre mio..siempre contaras conmigo..aprendi del mejor..yo estaba alli.