viernes, 3 de agosto de 2007

CUANDO LOS HIJOS SE VAN

No voy a escribir sobre alguna telenovela plañidera, aunque lo parezca por el titulo voy a escribir sobre los hijos que a determinada edad levantan vuelo hacia otros cielos buscando labrar su futuro ,el que no encuentran aquí en su tierra natal, por las pocas oportunidades que les brinda la madre patria, y del padre mejor ni hablar.
Pero como se nos dice que nuestros hijos, no son nuestros, (y no me disculpo por la plétora), que son hijos de la vida, algunos padres se aprovechan de esto para que otros se los mantengan. Sin embargo la cosa no es así, a los padres comprometidos que sentimos que si son nuestros, nos duele su éxodo ,mas si es que se alejan mas allá de nuestras fronteras, por que tendrán que hacer frente y lidiar en círculos incógnitos, nuevas usanzas, diferente idioma ,en fin un mundo desigual, pero ellos con todos los ímpetus de su juventud y afanes, esperanzas de triunfar y demostrarnos que si pueden, alistan maletas cargadas mas de ilusiones y ambiciones que de ropa, levan anclas hacia el puerto de la esperanza.
Bien por ellos, por que nos expresan, sus apetitos de vivir, de triunfar en la vida, aunque nos dejen un vació muy penetrante, la pena y la añoranza de no tenerlos junto a nosotros, y estos momentos se hacen mas evidentes a la hora de los alimentos, comemos y de reojo no perdemos de vista la silla desocupada, en la que acostumbraba sentarse, en las noches, cuando nos irrumpen los pensamientos y remembranzas de lo que hacíamos juntos, los hechos y anécdotas afloran en nuestra mente, haciéndonos derramar unas lagrimas, pero las sabemos disimular, para no acongojar mas a la esposa.
La ilusión de volver a verlos esta latente en nuestro corazón en todo instante, verlos regresar ganadores, que han conseguido sus metas y consolidados sus sueños es como un obsequio de Dios. No obstante sea por pocos días. Y como en la viña del Señor hay de todo , también hay hijos que parten ,a otros lares y el costo que representa a los padres es muy alto, y con mucho sacrificio les facilitan la partida, amen de las remesas mensuales de dinero que tienen que enviarles ,para que estén cómodos y sosegados y se dediquen a sus estudios y se conviertan en el inmodestia de la familia, pero el golpe es cruel ,cuando se enteran que todo es una farsa y que no estudian ni trabajan ,solo dilapidan la plata que se les envía, estos si merecen no llamarse Hijos, ni de sus progenitores, ni de la vida, menos de Dios y como dijo el gran Cantinflas : Hijos de …y no lo dejaron concluir.
Amigo lector gracias por leerme, espero que no este sufriendo por la partida de un hijo y si lo hace, espere el regreso triunfante de su vástago, es mi deseo, y si no, encójase de hombros por que la mama lo perdonara y se complacerá verlo sentado en su mesa comiendo el pan que gana ud. con el sudor de su frente.
Raúl Balarezo T.

1 comentario:

Renzzo dijo...

Y ni que decir de aquéllos hijos que sienten el cariño de sus padres cuando se encuentran fuera del calor del hogar. Añorando quizás eso momentos vividos y algunos otros que faltaron por vivir. Se podría decir que se sufre, sí se sufre pero se goza. Después del gusto siempre viene el disgusto, pero en esta oportunidad se confía en que sea diferente. Porque después del gran sacrificio vendrán tiempos de regocijo. Felicitaciones y por lo visto de tal astilla tal palo. Saludos y felicitaciones.